
La puntualidad evita accidentes al permitir realizar con tranquilidad y en los tiempos establecidos las diferentes tareas.
Existe un
tema que se podría pensar no tiene relación con la accidentalidad laboral. Sin
embargo, aunque este vínculo no sea muy claro y directo, existe indirectamente.
En realidad, se puede afirmar que todas las actividades y actitudes están
relacionadas, de una forma u otra con la prevención de accidentes, porque ésta
debe ser parte integral de todo lo que se realiza, dentro y fuera de la
empresa.
Específicamente,
se trata de la puntualidad en el trabajo, un tema que aunque se aborde con poca
frecuencia, es importante en el control de los riesgos. Muchos trabajadores
piensan que establecer un horario de entrada y salida es sólo un problema de
organización y disciplina, no obstante, cuando se analiza un poco más se puede
ver fácilmente su relación con la prevención.
En este
contexto, es posible hacer una lista de factores relacionados con la
puntualidad que contribuyen a evitar o a provocar accidentes. En primer lugar,
se debe considerar esta característica en el trabajo como una responsabilidad
primordial. El horario ha sido diseñado para cumplir con las necesidades de la
planta y de las operaciones que aquí se realizan. Lo primero que salta a la
vista es que si se viola este requisito, se causan inconvenientes a los demás
compañeros, pues cuando un empleado llega tarde provoca interrupciones y
molestias a los que ya tienen un ritmo de producción. Evidentemente, al llegar
después de la hora fijada se distrae la atención y la concentración de quienes
ya están trabajando y con ello se crea la posibilidad de que por un descuido o
por un instante de distracción se produzca un accidente o una lesión.
En
segundo lugar, al llegar tarde el trabajador inicia sus labores alterado
emocionalmente, porque sabe que está atrasado y que no puede perder tiempo. Por
esta falta de tranquilidad no cuenta con la misma disposición mental;
inclusive, puede llegar a sentirse nervioso por causar tanta interrupción y
esta característica dar como resultado un accidente.
Tercero,
el ritmo de producción ya está establecido y en marcha. En su afán por alcanzar
ese ritmo para no atrasar la producción, el empleado intenta trabajar con más rapidez.
En muchas ocasiones lo que consigue con tal apuro es olvidar ciertas normas de
prevención o cometer errores y negligencias que pueden provocarle lesiones. Por
ejemplo, quizás pone el equipo o la maquinaria en marcha sin antes comprobar
que todo está en adecuado orden y que no existe ningún defecto, o no realiza la
inspección inicial para ver si los resguardos de la máquina o el equipo están
colocados debidamente.
Cuarto,
es posible que al llegar tarde la persona olvide o pase por alto la protección personal
establecida y con ello, aumente la posibilidad de sufrir lesiones innecesarias
en caso de accidente. El hecho de no usar los EPP (Elementos de Protección
Personal) adecuados es un gravísimo error que expone al trabajador a los
peligros sin amparo alguno.
Y por
último, el hecho de tener que caminar entre puestos de trabajo en operación
para llegar hasta el propio, siempre implica la posibilidad de que algún
material o determinada acción del operario cause una lesión no prevista, por
ejemplo, pasar por donde un soldador realiza su tarea podría provocar un daño
ocular si no se lleva la protección requerida.
Realmente
se podrían continuar señalando otros puntos sobre la importancia de la
puntualidad en el trabajo, no obstante, los que ya se han mencionado son
suficientes para recordar y mantener presente que la puntualidad está
relacionada con la prevención de accidentes. ¡Con el simple hecho de llegar
temprano al trabajo se está contribuyendo a evitar lesiones!
Fuente: revista safetyword
No hay comentarios:
Publicar un comentario